La Universidad de Helsinki cierra su Instituto Confucio

Esta semana, la Universidad de Helsinki rescindió el contrato con su Instituto Confucio en el campus, un centro de enseñanza especializado en lengua y cultura chinas.

Finlandia no está sola en su decisión de abandonar la red Confucio. En los últimos años, decenas de universidades occidentales han cerrado Institutos Confucio por sospechas de que son un brazo de la maquinaria de propaganda del gobierno chino.

A Beijing le hubiera gustado seguir financiando el programa, según la vicerrectora de la universidad, Hanna Snellman.

«Preguntaron si consideraríamos negociar una continuación. Dijimos que no lo haríamos», explicó.

El acuerdo del instituto con la Universidad de Helsinki expira el próximo enero.

Suecia y Dinamarca también han cerrado sus Institutos Confucio.

«Queremos elegir a nuestros propios maestros y emplearlos nosotros mismos. También queremos que la enseñanza del idioma chino se base en la investigación», dijo Snellman.

La embajada china en Finlandia contactó a la universidad con respecto al cierre.

«Habrían querido que el instituto continuara», dijo.

En la práctica, el cierre del Instituto Confucio significa que la Universidad de Helsinki ahora debe ofrecer sus propios cursos de idioma chino. Snellman le dijo a Yle que la universidad ya había contratado a dos profesores para el trabajo.

«Queremos fortalecer las habilidades en el idioma chino, ya que existe una necesidad mayor que nunca», explicó.

Influencia blanda

Especializados en el idioma y la cultura chinos, los Institutos Confucio han sido criticados como parte del impulso del poder blando de Beijing. Estos centros han surgido en unos 500 campus universitarios de todo el mundo.

Se sospecha que el personal designado por el gobierno chino difunde propaganda estatal china, intentando reformular las percepciones occidentales sobre China.

Hace dos años, un informe del programa de investigación Spotlight de Yle descubrió que el Instituto Confucio de Helsinki trató de limitar la discusión pública de temas sensibles al Partido Comunista gobernante de China, como el Tíbet.

El Instituto Confucio de Helsinki se estableció en 2007. El acuerdo requería que la Universidad de Helsinki seleccionara y pagara el salario del director del instituto, mientras que el gobierno chino nombraría y cubriría los costos de un subdirector y tres profesores de idiomas.

La información obtenida por Yle indica que la Universidad de Helsinki consideró que el papel del subdirector era «no académico», mientras que los vínculos con la embajada china se percibían como demasiado estrechos.

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